martes, 25 de enero de 2011

ESCRITURA CONTEMPORÁNEA


¿Qué elementos caracterizan a la escritura contemporánea?
¿En qué consistió la originalidad de la novela hispanoamericana durante la década de 1960?

La narrativa contemporánea es, sin duda, una forma de escritura paradójica. Esto es así por su naturaleza metaficcional (una escritura sobre los problemas de la misma escritura) y a la vez historiográfica (su tema central es la historia colectiva, preocupación ausente de las grandes vanguardias de entreguerras).

Como toda escritura paradójica, esta forma de narrativa integra lo que antes parecía irreconciliable: el juego con el lenguaje y sus convenciones (propio de la experimentación formalista) y la preocupación por el poder, el tiempo colectivo y los problemas éticos de la vida cotidiana.

Al generar sus propias convenciones, estos narradores han inventado también a su precursor común: el escritor argentino Jorge Luis Borges. Su importancia es tan evidente para los especialistas en la materia, que se ha llegado a afirmar que toda la narrativa contemporánea (incluyendo también la europea, la norteamericana y la japonesa) es una elaborada derivación parcial de su escritura.

Esta escritura, familiar para muchos, tiene un nombre: posmoderna.

Y los escritores contemporáneos, precisamente aquellos que emplean un lenguaje fresco y cuya preocupación central es la preservación de nuestra identidad colectiva y la diversidad en el ámbito cultural, tienen notables coincidencias con escritores provenientes de tradiciones muy distantes.

Ya que el término "posmodernidad" es irritante para algunos, podría hablarse de escritura "neobarroca",  o simplemente de escritura contemporánea. Pero lo importante es que se trata de una producción cultural surgida precisamente a partir de nuestra historia regional.

Escritores como Fernando del Paso, Luis Rafael Sánchez, Augusto Roa Bastos y Carlos Fuentes, entre muchos otros, son autores de textos fronterizos en más de un sentido.

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