lunes, 24 de enero de 2011

Literatura e Internet


La literatura, los escritores, y la relación entre estos y el lector está cambiando enormemente desde la llegada de la internet.
Para empezar, Internet ha hecho terriblemente fácil la publicación de trabajos más o menos literarios. Basta tener acceso a un ordenador conectado a internet (ojo, ni siquiera hace falta tener cuenta o estar conectado permanentemente) para poder colocar alguna obra salida de alguna mente calenturienta en cualquiera de los sitios que ofrecen alojamiento gratuito de páginas, tales como GeoCities. De hecho, el apartado SoHo de la misma, llamado así por el barrio bohemio de Nueva York, está lleno de cuentos, poesías y otras elucubraciones en castellano. En resumen, la Internet reduce el coste de publicación y de difusión masiva prácticamente a cero.
También se pueden "publicar" obras por correo electrónico, y ello permite que haya listas de distribución de correo, como LITERATO, dedicadas exclusivamente al tema; ésta, en concreto, tiene mucha poesía, bastante discusión, y algún que otro cuento corto, pero resulta casi siempre interesante.
Pero además, esa difusión masiva hace que pueda haber una comunicación directa entre el escritor y el lector, lo cual puede hacer que una obra sea interactiva, que evolucione y que sea esencialmente, siempre, una obra inacabada. Una obra que se publique en Internet puede cambiar a lo largo de su historia, bien por la retroalimentación de los lectores, bien por el cambio del pensamiento del escritor. También hace posible la creación de obras interactivas, es decir, obras que a veces rayan en lo absurdo en las cuales cada párrafo o capítulo está escrito por un autor diferente; muchas de ellas están disponibles en sitios Web, otras muchas se realizan continuamente por correo electrónico.
Hay, sin embargo, esenciales diferencias entre la publicación tradicional, en papel, y la publicación en Internet. Internet es un medio diferente, que permite crear usando no solo palabras, sino también imágenes, sonidos, animaciones en la página o de imágenes, diferente tipografía, colores, disposiciones en la página, y además, quizás lo más importante, es un medio que permite los vínculos hipertexto, de forma que hace que, como en la Rayuela de Julio Cortázar, se puedan crear textos en los cuales la navegación de un capítulo a otro la haga el usuario, y no esté prefijada por el autor, ni sea lineal página a página. Esto hace que, como hayan dicho algunos, Internet sea un medio tridimensional, no bidimensional como el papel.
El medio, además, por sus características, principalmente por el poco tiempo que se le dedica, es especialmente favorable a la literatura rápida: las poesías estilo japonés, o haikus, los cuentos breves, las frases célebres; incluso en America On Line, el servicio en línea americano más popular, hay un tío que se gana la vida haciendo "novelas de un minuto", en una sala dechat.
En resumen, frente a todos los que predijeron el fin de la literatura gracias a la tecnología, la Internet está ahí para demostrarnos que la literatura, bien, gracias, y quizás mejor que nunca. Internet: guía de lectura
Un par de libros

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